CAMINOS PARALELOS
Trazos rectos atraviesan la superficie como si buscaran orden y dirección. Son líneas firmes, repetidas, que marcan ritmo y estructura, van en la misma dirección.
Pero ningún trayecto es un trazo perfecto. Surgen interrupciones, desvíos, la simetría se altera y aparecen marcas que se expanden y desbordan, recordándonos que lo imprevisible también forma parte del recorrido. Gestos más libres, superpuestos, más humanos, como huellas de algo que no se puede controlar: lo natural, lo emocional, lo imprevisible.
Cada línea podría ser un trayecto, una intención. Cada mancha, una emoción, una interrupción necesaria. En esa tensión entre lo lineal y lo orgánico, se insinúa un diálogo entre el control y lo inevitable; entre el camino previsto y aquello que se revela sin ser buscado, lo que irrumpe.
Pero hay una certeza, si uno sabe hacia dónde va, incluso cuando los límites se desdibujan, siempre aparece una forma de avanzar.
▶️ Desliza para conocer el cuadro más de cerca!
CAMINOS PARALELOS
Trazos rectos atraviesan la superficie como si buscaran orden y dirección. Son líneas firmes, repetidas, que marcan ritmo y estructura, van en la misma dirección.
Pero ningún trayecto es un trazo perfecto. Surgen interrupciones, desvíos, la simetría se altera y aparecen marcas que se expanden y desbordan, recordándonos que lo imprevisible también forma parte del recorrido. Gestos más libres, superpuestos, más humanos, como huellas de algo que no se puede controlar: lo natural, lo emocional, lo imprevisible.
Cada línea podría ser un trayecto, una intención. Cada mancha, una emoción, una interrupción necesaria. En esa tensión entre lo lineal y lo orgánico, se insinúa un diálogo entre el control y lo inevitable; entre el camino previsto y aquello que se revela sin ser buscado, lo que irrumpe.
Pero hay una certeza, si uno sabe hacia dónde va, incluso cuando los límites se desdibujan, siempre aparece una forma de avanzar.
▶️ Desliza para conocer el cuadro más de cerca!